36 semanas para decir adiós

No cometan un error: éste no es un camino fácil.
Pero la dificultad no es fija e inmóvil.
La dificultad existe en una falsa creencia que está dentro de nosotros. Hay que cambiar esa creencia y luego será fácil decir adiós.

El Guía, Pathwork

Este libro, en parte fruto de la reflexión y con mucho de experiencia personal directa o de personas a las cuales he ayudado en el tránsito de decir adiós a un ser querido muerto de un modo repentino, quiere servir de espejo donde cada cual pueda mirarse y darse cuenta de que está solo con su dolor, que esta soledad es una condición necesaria para descubrir su intimidad y elaborar su pena y su angustia, pero que también, está acompañado. Que hay otros seres humanos como él que comparten una misma experiencia y que demandan o demandaron, tanto como él, una mano, un consuelo, una presencia, una escucha.

Parece un hecho elemental, pero no tanto, para quien pasa por esta experiencia, que lo conmociona y aísla a la par que lo desgarra y conmueve. Por eso el desprendimiento, la elaboración de esta pérdida debe ser un proceso progresivo, a lo largo del tiempo, pero con un horizonte visible que dé esperanza a la angustia.

Por eso es que propongo un método sencillo para acompañar el trabajo del alma sobre la tristeza y el conjunto de afectos que esa muerte despierta. Un método que promueve el compromiso y el despertar los curadores interiores de cada cual. Un método de introspección y de meditación.