Una pequeña revolución de la India: La meditación

Ponte cómodo y asegúrate de que nadie te moleste durante un minuto. Siéntate recto, pero no rígido. Si quieres, imagina que de tu cabeza tira un hilo hacia arriba. Puedes poner las manos como prefieras, pero simétricas. En breve, cuando escuches una campana, empezará tu meditación de un minuto, y te pediré que te centres en tu respiración...

DURANTE UN MINUTO, CÉNTRATE SOLO EN TU RESPIRACIÓN

Sigue sentado con los ojos cerrados, centrado en tu respiración. Durante este minuto, vas a intentar que tu mente no se disperse con pensamientos, pero si lo hace es normal, simplemente vuelve a centrar tu mente, sin agobiarte, y todas las veces que haga falta, en tu respiración.

SI TU MENTE SE DISTRAE, VUELVE A CENTRARLA EN TU RESPIRACIÓN

Ya puedes cerrar los ojos y sonreír o no, según te apetezca. ¿Estás cómodo? Ponte una alarma suave o un temporizador y empieza. Cuando finalice ese minuto, piensa:

¿Cómo te sientes? Si te ha costado centrar tu atención en la respiración no pasa nada. Poco a poco, a medida que practiques, se te hará cada vez más fácil.

PRACTICA UN MINUTO DE EMERGENCIA CUANDO ESTÉS ESTRESADO, AGOBIADO, ATASCADO...

Al principio, aplica esta técnica para meditar cuando estés estresado, enfadado, cuando te cueste dormir, cuando necesites una mente más clara o nuevas ideas, en todas aquellas ocasiones en que quieras recuperar sosiego y tranquilidad. Conseguirás cambios importantes en tu mente en solo ese minuto de emergencia.

Más adelante, con un poco de práctica, podrás llevarte tu minuto de meditación a lugares ruidosos, como el metro, un atasco, una reunión aburrida, un episodio de tensión en la cocina... Tu minuto de meditación se convertirá así en un minuto portátil, que te sentará muy bien. Y, poco a poco, verás como logras reducir ese minuto de meditación a un momento de meditación, que podrás utilizar cuando quieras, en cualquier sitio.

¿Quieres desarrollar tu capacidad para estar presente, para centrar tu mente, pero la meditación tradicional te resulta poco atractiva? Meditar no implica que tengamos que seguir al dedillo una estrategia o metodología concreta. Meditar es llegar a comprender cómo funciona tu mente, para poder gestionarla y no caer en sus trampas. ¿Cómo puedes hacerlo? Hay tantas formas de meditar como personas en este mundo, y cada uno puede elegir la que mejor le encaje. Podemos aprender a meditar, es decir, a poner paz en nuestra mente, en un minuto o bien en un retiro de horas o días en un monasterio; en un entorno formal o informal, caminando, corriendo, sentados o tumbados, en la playa o en el metro. La meditación es, simplemente, una relación y una complicidad que estableces con tu mente. El escritor Paulo Coelho, por ejemplo, dice que no se siente particularmente cómodo meditando de forma más tradicional, sentado, y prefiere hacerlo a través de un arte marcial japonés meditativo que practica y recomienda, el kyudo, literalmente, «el camino del arco», enraizado en los guerreros samuráis y las tradiciones espirituales de los budistas y los sintoístas, y centrado en entrenar ese fuerza y nobleza interior que todos poseemos pero que, nos recuerda el kyudo, está oscurecida y necesita poder brillar de nuevo.

¡Encuentra tu propia manera de hacerlo!