Urge en las aguas la danza de las luces
bajo mis pies mojados,
espuma y sal lamiendo las heridas.

Sobre la rama nudosa el ave canta.

Trae en cada nota algún adagio
esa suerte de rara suspicacia.

Induce mis colores, me arrebata
pone entre los dedos el capricho del viento,
oscura densidad de mar que avanza.

Vierte la soledad sobre mi pecho blanco
y luego calla, calla
como un hilo de tinta que se quiebra.

Fuente: https://poetario.blogspot.com/2008/06/numen.html