El sexto chakra está relacionado con la capacidad mental y de razonamiento y con la habilidad psíquica de evaluar las creencias y actitudes propias. El chakra mental se hace eco de las energías de la psique, las fuerzas psíquicas conscientes e inconscientes. En la literatura espiritual oriental este chakra es el «tercer ojo», es decir, el centro espiritual en el cual la interacción entre la mente y la psique puede conducir a la vi­sión y sabiduría intuitivas. Este chakra es el de la sabiduría.

Los retos del sexto chakra son abrir la mente, desarro­llar una mente impersonal, rescatar el propio poder de las «verdades falsas» y artificiales, aprender a actuar guiados por la orientación interior, y discernir entre los pensamientos motivados por la fuerza y los motivados por el miedo.

Ubicación:El centro de la frente.

Conexión energética con el cuerpo físico:El cerebro y el sistema neurológico, el sistema nervioso central, las glándu­las pituitaria y pineal, los ojos, los oídos y la nariz.

Conexión energética con el cuerpo emocional/mental:El sexto chakra une a la persona con su cuerpo mental, inteli­gencia y características psíquicas. Las características psíqui­cas son una combinación de lo que sabemos y lo que cree­mos que es cierto, una combinación única de realidades, miedos, experiencias y recuerdos personales que están en constante actividad dentro del cuerpo energético mental.

Conexión simbólica/perceptiva:El sexto chakra pone en marcha las lecciones que nos conducen a la sabiduría. Lle­gamos a la sabiduría a través de las experiencias de la vida y adquiriendo la capacidad perceptiva y discernidora de la ob­jetividad. La visión simbólica es en parte una «objetividad» aprendida, un estado mental que trasciende las influencias de la «mente personal», o «mente de principiante», y que puede llevar al poder y percepción profunda de la mente «impersonal» o abierta, receptiva.

Conexión Sefirot-sacramento:La sefirá de Bina, que re­presenta el entendimiento divino, y la sefirá de Jojmá, que representa la sabiduría divina, se corresponden con el sexto chakra. Bina es la matriz de la Madre Divina, que recibe de Jojmá la simiente para concebir, lo que se llama «el princi­pio». La unión de estas dos fuerzas engendra las Sefirot in­feriores. Bina y Jojmá simbolizan la verdad universal de que el «pensamiento» existe antes que la «forma», y de que la cre­ación comienza en la dimensión energética.

Bina y Jojmá nos estimulan a ser conscientes de lo que creamos, a utilizar por completo la mente al ordenar a la ener­gía que se convierta en materia. Esta perspectiva es la que las relaciona con el sacramento cristiano del orden sagrado o sa­cerdotal.

En su sentido simbólico, el sacramento del orden repre­senta la tarea que la persona está llamada a realizar como ser­vicio a los demás. Desde el punto de vista arquetípico, el reconocimiento por parte de los demás de que alguien tiene percepción y sabiduría únicas es lo que le induce a servir a sus semejantes, en calidad de madre, sanador, profesor, atle­ta o amigo leal. El sacerdocio, evidentemente, es el papel tra­dicional de quien recibe el sacramento del orden. Pero, en su sentido simbólico, este sacramento es cualquier experiencia u honor mediante el cual la comunidad reconoce que se beneficia del camino interior de servicio de la persona tanto co­mo ella misma. Este factor de beneficio mutuo identifica la vocación o llamada a ser «ordenado». La belleza del sentido simbólico del orden sacerdotal es que honra la verdad de que todo el mundo es capaz de hacer importantísimas apor­taciones a la vida de otros, no sólo mediante su profesión sino, lo que es más importante aún, mediante la calidad que llega a adquirir como persona. Simbólicamente, el sacramen­to del orden trata de reconocer la aportación que hace el es­píritu de la persona a la vida de otros, más que la contribu­ción que realiza con su trabajo o sus tareas.

Miedos principales:Resistencia a mirar el interior y de­senterrar los propios miedos; miedo a la verdad cuando la razón está obnubilada; miedo al juicio sensato y realista; mie­do a depender del consejo exterior, a la disciplina; miedo al propio lado oscuro y a sus atributos.

Fuerzas principales:Capacidades y habilidades inte­lectuales; evaluación de las percepciones conscientes e in­conscientes; receptividad a las inspiraciones; generación de grandes actos de creatividad y razonamiento intuitivo: inte­ligencia emocional.

Verdad sagrada:La verdad sagrada contenida en el sexto chakra es Busca, solamente la, verdad.Esta nos impulsa a bus­car continuamente la diferencia entre verdad e ilusión, las dos fuerzas que están presentes en todo momento. Separar la ver­dad de la ilusión es más una tarea de la mente que del cere­bro. El cerebro gobierna el comportamiento del cuerpo físi­co, pero la mente gobierna el comportamiento del cuerpo energético, que es nuestra relación con el pensamiento y la percepción. El cerebro es el instrumento físico mediante el cual el pensamiento se traduce en acción, pero la percepción, y todo lo relacionado con ella, como el tomar conciencia, es una característica de la mente. Al tomar conciencia, la perso­na es capaz de distanciarse de sus percepciones subjetivas y ver la verdad o sentido simbólico de una situación. Distanciarse no significa dejar de amar; significa acallar las voces mo­tivadas por el miedo. La persona que ha conseguido una pos­tura interior de distanciamiento u objetividad tiene un senti­do del yo tan completo que las influencias externas no ejercen ninguna autoridad en su conciencia. Esta claridad de mente y del yo es la esencia de la sabiduría, que es uno de los pode­res divinos del sexto chakra.